24 de septiembre de 2013

Las nubes‬


Poema de José Hierro "Las nubes"

20 de septiembre de 2013

Un sueño dentro de un sueño..



¡Toma este beso sobre tu frente!
y, me despido de ti ahora.
No queda nada por confesar.
No se equivoca quien estima
que mis días han sido un sueño;
aún si la esperanza ha volado
en una noche, o en un día,
en una visión, o en ninguna
¿es por ello menor la partida?
Todo lo que vemos o imaginamos
es sólo un sueño dentro de un sueño.
Me paro entre el bramido
de una costa atormentada por las olas,
y sostengo en mi mano
granos de  la dorada arena.
¡Qué pocos! Sin embargo como se arrastra
entre mis dedos hacia lo profundo,
mientras lloro, ¡mientras lloro!
¡oh Dios!¿no puedo aferrarlos
con más fuerza?
¡oh Dios! ¿ no puedo salvar
uno de la implacable marea?
¿Es todo lo que vemos o imaginamos,
un sueño dentro de un sueño?
Edgar Allan Poe

16 de septiembre de 2013

Sentirte cayendo sin caer, ver la realidad
lejana y diminuta, sin cerrar los ojos,
al contrario abiertos,
muy abiertos para que viento
y lágrimas, fundidos en perfecta amalgama,
limpien el iris,
laven la mirada.
Porque, engañosa,
te hace ver gotas cayendo sin que llueva.
Piel sobre piel donde
solo hay madera y metal
porque somos un enigma en la noria.
Porque llevamos, y lo sabemos,
la semilla del hombre solo.
Adela Sainz

14 de septiembre de 2013

Homenaje y reproche a la vida

Cómo me gustaría verte sentado ahí,
apoyado en el tronco de ese pino, muchacho,
como en los viejos días ya perdidos,
sintiendo que los cantos de los pájaros altos
cubrían tu cabeza,
bajando del azul, de rama en rama,
y ver tus ojos negros
llenos de pensamiento.
Y que me hablases de la vida
con la capacidad de tu entusiasmo.
Espiar la tristeza que ahora escondes,
querer hasta el delirio tu inocencia.
Y que así me mirases y me hablases.
Sentirte tan cercano, quién soy yo,
que no me adivinaras,
porque no conocieras, al saberlo,
la extrañeza y misterio del vivir.
Tienes las manos llenas de oro
de la luz de las mañanas.
El nombre del lugar
el mismo es hoy que ayer,
pero ni tú ni yo,
ni esta casa que amamos, son los mismos,
Mira, si no, mis manos,
y dime qué se hizo
de tanta luz y de aquellas mañanas.
Mas no mires las sombras en mis manos.
Aún tengo que venir,
o esto que más me apena: ya te has ido.
Francisco Brines
(El otoño de las rosas)

8 de septiembre de 2013

הנקודה של רוך


                                    Tal Nitzan

7 de septiembre de 2013

Los veranos


¡
Fueron largos y ardientes los veranos!
Estábamos desnudos juntos al mar,
y el mar aún más desnudo. Con los ojos,
y en unos cuerpos ágiles, hacíamos
la más dichosa posesión del mundo.
Nos sonaban las voces

encendidas de la luna,
y era la vida cálida y violenta,
ingratos con el sueño transcurríamos.
El ritmo tan oscuro de las olas
nos abrasaba eternos, y éramos sólo tiempo.
Se borraban los astros en el amanecer
y, con la luz que fría regresaba,
furioso y delicado se iniciaba el amor.

Hoy parece un engaño que fuésemos felices
al modo inmerecido de los dioses.
¡Qué extraña y breve fue la juventud!

Francisco Brines
"El otoño de las rosas"

Schubert-Quintet in C Major op. 163, D. 956


Soñando apariencias

Pintura de Edward Hopper

Cansada de rodar,
de soñar apariencias,
de debatirse en vano
ensayando posturas de defensa
o de ataque,
de convertirse en otra,
esa mujer perdida  por Manhattan
se ha escondido en un cuadro
de Edward Hopper,
se ha sentado en la cama
de una pensión anónima
y ya no espera nada.
Sin abrir tan siquiera la maleta,
acaba de quitarse los zapatos
porque los pies le duelen,
y se ha quedado sola
entre cuatro paredes,
condenada a aguantar a palo seco
esa luz de la tarde ya en declive
que se filtra en la estancia
veteada de brillos engañosos,
con los brazos caídos 
y la mirada estática,
clavada eternamente
de cara a una ventana
que de tan bien pintada
parece de verdad.
Carmen Martín Gaite

¡Hasta pronto!


Fracking

...

.

contador de visitas