Cuando uno se siente morir
por nada y para nadie,
cuando uno se desgasta en la miseria,
cuando la boca sabe
a esperanzas trituradas,
sangrantes los nudillos
de aporrear las puertas.
extenuada la lengua
de confesar verdades,
nace el poema último
de cada noche, tiembla
la rima oscura,
sollozas secamente
y empujas al papel
nuevamente la súplica.
Gloria Ruiz
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